La
fabricación de papel es cara y contaminante; por lo que es muy conveniente
reciclar el papel. El
papel y el cartón se recolectan, se separan y se limpian con productos
alcalinos para proteger la celulosa. Posteriormente se filtra y centrifuga para
eliminar impurezas. La pasta generada se sumerge en agua jabonosa y se inyecta
aire para eliminar las tintas por flotación. A partir de aquí la celulosa sigue
el procedimiento habitual para convertirse en papel.
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